Financiación express a recuperadas: Un proyecto que es como un abrazo
Solidaridad, calidez y velocidad son las características que destacaron los referentes de cooperativas en el balance del Programa de Asesoramiento y apoyo al desarrollo productivo de empresas recuperadas.
Estos financiamientos fueron diseñados como una estrategia de asistencia rápida para empresas recuperadas de pequeñas dimensiones y, en su mayoría, de reciente conformación, con problemática urgentes que se pueden resolver con montos menores que los previstos por otras herramientas financieras. El canal empleado fue una de las comisiones creadas por la gestión de Mario Cafiero al frente del INAES y a cuyo cargo está el referente de la fábrica Textiles Pigüé, Francisco “Manteca” Martínez, que ejerce como secretario de la comisión de recuperadas en el organismo.
El formato de la comisión no permitía este tipo de propuestas por lo que se presentó un proyecto al Directorio del INAES, trabajado junto con el entonces Director de Fomento y Promoción, Sebastián Valdecantos, que fue aprobado a fines del 2020 con un fondo de 10 millones de pesos. Para su ejecución se firmó un convenio con FEDECABA, organización que se encargó de coordinar el equipo y resolver las cuestiones administrativas.
La idea base fue que, además de financiar proyectos de asistencia rápida, se formara un equipo de trabajo especializado en empresas recuperadas, algo que nunca existió antes en el INAES. El equipo tiene asesores en materia jurídica y contable, ingenieros y administrativos, y además dos especialistas del programa Facultad Abierta de la UBA con el objetivo de perfeccionar la base de datos de las empresas recuperadas del país y, de esa manera, perfeccionar el Registro de ERT que se creo junto con la propia comisión de recuperadas.
“No le encontrábamos la salida el año pasado, teníamos que entregarle mil calefactores a la Cooperativa Obrera y, si bien teníamos la chapa y las válvulas, nos faltaban fondos para encarar la producción -dijo Noemí Payero, de Impopar, una metalúrgica recuperada en 2003-. Gracias a eso resolvimos lo que nos faltaba. Entregamos 600 calefactores y ahora estamos en plena rendición de ese dinero, creemos que gracias a ese desembolso vamos a poder seguir trabajando y entregar los 400 que faltan”. Instalada en Tandil, Impopar recibió un subsidio de un millón de pesos en el marco de financiamiento de proyectos de emergencia dispuesto por el INAES. “Yo no lo podía creer, -dijo Noemí-. el convenio se firmó un 23 de diciembre y para el 29 de enero ya estaba depositado el dinero, en plenas vacaciones se movieron para que nosotros pudiéramos llevar esa venta a buen término”.
El caso de Las Acacias ejemplifica este último punto. Yamila Berdún, presidenta de la cooperativa, dice al respecto: “Este acompañamiento financiero nos ayudó a finalizar las obras que nos permitieron que este año la escuela abra el primario, con los cual ampliamos las fuentes laborales. Realmente ha sido muy significativo”. En diciembre de 2018, tras 24 años de actividad, el Jardín Pasito a Paso de La Plata cerraba sus puertas y dejaba más de 300 chicos sin escuela y unos 60 trabajadores sin empleo. Las maestras decidieron entonces formar una cooperativa y rebautizarse para seguir creciendo. “El acompañamiento que nos hicieron no fue solo financiero, sino integral, la calidez y la empatía por parte de los compañeros es muy grande, cada vez que necesitamos su palabra, su orientación, nos sumaron mucho, este proyecto no se trató de una situación burocrática, fue como un abrazo”.
En un contexto en que centenares de empresas vieron su futuro muy complicado, la creación de la comisión de ERT y el registro que la acompaña constituyen una política de apoyo para los procesos de recuperación de empresas por parte de sus trabajadores. “El INAES en el Ministerio de Desarrollo Productivo no es simplemente un tema de dependencia administrativa, es fundamentalmente un enfoque diferente que el organismo asume frente a la actividad mutual y cooperativa -dijo Nahum Mirad, vocal del Directorio del organismo-. Hay una decisión muy clara de nuestro gobierno de poner en marcha políticas públicas que apuntalan a las diferentes actividades del ciclo productivo en cadenas de valor estratégicas. Esto posibilita poner en marcha unidades productivas, consolidar puestos de trabajo, agregar producción, generar empresas testigos en determinadas actividades, en definitiva, desplegar el enorme potencial de la economía social y solidaria”.
Según el Registro de Empresas Recuperadas que toma los datos del Programa Facultad Abierta de la UBA. las ERT son 424 en todo el país. Dan empleo a algo más de 16.000 trabajadores y trabajadoras y los sectores de actividad en que se destacan por la cantidad de casos son metalmecánica, textil, alimentación, gráfica, medios de comunicación, construcción y cerámicas, junto con una gran diversidad de rubros industriales y de servicios.
Andrés Ruggeri, coordinador general del Consejo Consultivo del INAES, dice que “no se puede planificar política pública sin información, y este es un sector que durante mucho tiempo generó su propia dinámica, pero el Estado prácticamente no generó una política de información, una estadística mínimamente seria”. El actual proyecto contempla también la actualización del Registro de empresas recuperadas mediante un relevamiento que apunte a generar esos datos, necesarios para avanzar en líneas de trabajo desde el organismo y el ministerio de Desarrollo Productivo.
El de las empresas del sector es un panorama heterogéneo en cuanto a la propiedad y la situación judicial, al estado de maquinaria y obsolescencia de procesos productivos, de cohesión del colectivo y mecanismos de gestión, así como dificultades de acceso al crédito y financiamiento, distintos grados de relación con organismos públicos nacionales, provinciales y municipales, etc. La diversidad es mayor aún si tenemos en cuenta que, entre las más de 400 empresas recuperadas, hay casos con más de dos décadas de funcionamiento y cooperativas de reciente formación con muy distintas necesidades y urgencias.
Este último es el caso de Gotán, una empresa de mobiliario urbano ubicada en el sur del conurbano que viene de un proceso de vaciamiento por parte de sus antiguos dueños. Néstor Embriaco, delegado de la empresa, estuvo en la jornada de balance y explicó: “La fábrica quebró por una manganeta del dueño, Horacio Lamberti, que fue también Secretario de Parques Industriales de la época de Macri”. Instalados en el parque industrial de Burzaco, los trabajadores de Gotan están en pleno conflicto: “Nuestra problemática es el galpón, que no está en la quiebra y es lo que nos preocupa porque no está claro qué va a dictaminar la jueza y el dueño del galpón quiere quedarse a cuidar las máquinas y no está claro que las maquinas sean nuestras”. Cuando arrancó la pandemia, los trabajadores se pusieron a fabricar alcohol en gel, barreras sanitizantes y artículos vinculados a la lucha contra el virus. Como parte del proyecto junto al INAES, los trabajadores recibieron el asesoramiento técnico de personal de la UTN Facultad Avellaneda incorporado al equipo de gestión. “Lamentablemente han venido muchos funcionarios que nos dieron esperanzas pero nadie concretó nada y uno empieza a descreer de todo pero gracias a Dios con este proyecto no nos pasó lo mismo, los compañeros vinieron a dar una respuesta y ya tenemos proyectos para ampliar la producción si todo sale bien”.
El pasaje del INAES al Ministerio de Desarrollo Productivo, no solo implica una reivindicación histórica del cooperativismo (y, en especial, de las empresas recuperadas) como es formar parte de la planificación productiva del desarrollo nacional sino que supone la formación de equipos que tomen la asistencia, el asesoramiento y la capacitación para las ERT como una función específica y distintiva del resto de las cooperativas de trabajo.
“Viene bien sentirnos acompañados desde el Estado -dice Daniel, de la pizzería 1893, recientemente recuperada-. No es que ahora que somos autogestionados nos las tenemos que arreglar solos, el acompañamiento financiero vino bien para levantar el ánimo de los compañeros en un momento en que los gastronómicos tenemos tantas complicaciones por la pandemia”.
El de 1893 es uno de los casos de cooperativas que, por estar en una etapa tan inicial, dependían de la solidaridad de otra cooperativa para recibir los fondos en cuestión. “Estamos por cobrar el dinero porque somos una cooperativa nueva y la matricula nos salió hace poco tiempo y nos retrasamos en la apertura de la cuenta en el banco” dijo Daniel, y agregó: “Ese dinero nos vino bien porque hay que comprar maquinaria, los dueños anteriores no invertían nada”.
El INAES le asignó al proyecto un fondo de 10 millones de pesos, Francisco Martínez, titular de la Comisión Asesora de ERT en el INAES, marcó el camino hacia adelante: “Tenemos que demostrar que, ordenadamente, podemos seguir siendo sujeto de políticas públicas para que muchísimos más compañeros y compañeras puedan poner en funcionamiento las empresas”.
Empresas recuperadas asistidas por el proyecto:
ARTES GRAFICAS CHILAVERT
Pompeya, CABA
Gráfica, impresión de libros y revistas.
GLOBITO TEAM
Paternal, CABA
Textil, indumentaria para bebés y niños
MIGAS DEL ANGEL
Monte Castro, CABA.
Panadería industrial
LA NIRVA
San Justo, La Matanza, Provincia de Buenos Aires
Alfajores
LAS ACACIAS
La Plata, Provincia de Buenos Aires
Jardín de infantes y primaria
LA GARDORO
Trelew, Chubut.
Panadería
GALLETTI
Gobernador Candioti, Santa Fe
Panificados
JABONERA CAÑADA ROSQUIN
Cañada de Gómez, Santa Fe
Jabones
CUPS
San Luis, San Luis
Textil.
1893
Villa Crespo, CABA
Pizzería
DON JOSÉ
Salta capital, Salta
Bar
SUAREZ
Liniers, CABA
Gráfica
GOTAN
Burzaco, Alte Brown, Provincia de Buenos Aires
metalúrgica, cartelería, señalética, mobiliario urbano
20 DE JULIO
Villa Mercedes, Provincia de San Luis
Panadería
IMPOPAR
Tandil, Provincia de Buenos Aires
Metalúrgica, calefactores.
HUESITOS WILDE
Wilde, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires
Productos para mascotas.