Inflación del 6%: “El problema son los monopolios alimenticios”
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que la inflación de abril fue del 6%. En el acumulado del primer cuatrimestre del año, se alcanzó el 21,3%, mientras que a nivel interanual (últimos doce meses) la suba trepó al 58%.
Más allá de los porcentajes generales alarmantes, más delicada es la situación si se tiene en cuenta que el principal motor de las subas son los alimentos. En abril, el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas se aceleró un 5,9%, mientras que en lo que va de 2022 llegó a 28% y en el acumulado de los últimos doce meses, a 62,1%. Este rubro es también vital a la hora de pensar en los niveles de pobreza e indigencia, ya que las canastas básicas de consumo están compuestas principalmente por alimentos.
Referentes del cooperativismo en el rubro alimenticio analizaron el fenómeno en diálogo con ANSOL y pusieron la lupa sobre la concentración de la cadena alimenticia en pocas manos, la especulación de los monopolios y la incapacidad del Estado para crear nuevas cadenas y lógicas de comercialización.
Luis Wigutow, presidente de Cooperativa de Consumo (CONSOL), integrante de la Federación de Cooperativas y Empresas Autogestionadas de Bs. As (FEDECABA) evaluó: “El proceso inflacionario es aniquilador de cualquier emprendimiento pequeño y mediano. La idea de la Cooperativa de Consumo es asociarnos para generar estabilidad, precios competitivos y funcionales, y crear puestos de trabajo sostenibles y sustentables en el tiempo, lo cual no está sucediendo”.
Con respecto a los alimentos en particular, analizó: “La demanda de productos de primera necesidad es inelástica en general: nadie deja de comprar comida o productos de limpieza. Podés bajar la calidad del producto, pero no dejar de comprarlo. Los formadores de precio tienen una capacidad muy grande de daño. Cualquier agente quiere ganar más en la producción y distribución en el tiempo, que si hubiera metido plata en la timba financiera”.
Silvia Díaz, vicepresidenta de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA) y miembro de Cooperativa La Cacerola, puso el foco en los monopolios alimenticios: “El problema internacional es importante, pero hay un problema estructural vinculado a los monopolios y comercializadoras de alimentos: hacen lo que quieren y evaden controles. Sacan de circulación los productos y los envían a comercios más chicos con otras imposiciones”, detalló.
Díaz reactivó también la propuesta de la Agencia Nacional de Alimentos: “El mismo Feletti (Roberto, secretario de Comercio Interior) ha planteado que se necesitan medidas macroeconómicas: nosotros proponemos una Agencia Nacional de Alimentos que comercialice con precios de referencia y sirva para promover la elaboración y comercialización alternativa”.
En ese sentido, hace apenas dos semanas, el diputado nacional del Frente de Todos, Daniel Arroyo, presentó un proyecto de ley para crear 400 Mercados Alimentarios de Cercanía en todo el país, que vinculen de forma directa a productores y consumidores.
En diálogo con ANSOL, Arroyo decía que “hay que fortalecer y darle condiciones a la economía social y a la agricultura familiar, resolviendo problemas estructurales, dar acceso al crédito, muchos me plantean que ven las oportunidades pero no llegan, están endeudadas de forma crítica, tienen dificultades para venderle al Estado y no logran cadenas de comercialización sostenida”.
Diaz alienta “la construcción de centros de producción y comercialización en todo pueblo y ciudad; solo así cuando el trabajador o ama de casa, el desocupado tenga cerca de su casa, la posibilidad de comprar productos saludables a precios más baratos, sólo así se va a equilibrar la cosa”.
Juan Manuel Rossi, presidente de la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE), entidad que integra la Mesa Agroalimentaria, analizó: “Una de las principales causas tiene que ver con la concentración: de la producción, distribución y comercialización. En nuestro caso, lo vemos en la concentración de la tierra; cada vez hay menos productores y la tierra se concentra en pocos actores. Lo mismo pasa con la distribución y comercialización. Además, estamos en el marco de una crisis de ingresos”.
“Necesitamos un Estado presente, que debe financiar, comprar, generar puestos de trabajo y mejorar la competitividad. Si no, ordena el mercado. En Precios Cuidados, se trata de ordenar en el último eslabón. En las retenciones, se controla el precio inicial. Son medidas aisladas. Hay que pensar en un plan de producción y comercialización de parte del Estado, pensando cada medida en el marco de un sistema, de un todo; y tomando la cuestión como una cuestión de Estado”, finalizó Rossi.
Fenómeno agudizado en la Ciudad de Buenos Aires
En la Ciudad de Buenos Aires, según datos del Gobierno porteño, la inflación de abril fue del 5,3%. En el acumulado 2022, ya se ubica en 20,6%, mientras que en los últimos doce meses trepó al 56%.
En la Ciudad, el rubro Alimentos y bebidas fue del 6,2% en abril. En los primeros cuatro meses del año, llegó a 26,5%, mientras que a nivel interanual escaló hasta el 62,3%. Todos los porcentajes están muy por encima de las mediciones generales.
Esto hizo que se disparen también las canastas de pobreza e indigencia (fenómeno que inexorablemente ocurrirá a nivel nacional de la misma forma). La Canasta Básica Alimentaria se aceleró un 5,17% en abril y llegó al 59% interanual. En tanto, la Canasta Básica Total fue de 5,3% en abril y alcanzó el 56,7% interanual.
El alerta de los combustibles
En los últimos días, las principales estaciones de servicio del país incrementaron los precios de los combustibles en torno al 10%. Con un simple silogismo, se advierte que ese aumento se deriva en aumento del transporte, que a su vez encarece buena parte de la cadena de alimentos (y de otros sectores), lo cual impacta de lleno en el precio final.
“El 10/12% de aumento de combustibles indudablemente va a repercutir en el índice elevado de mayo. Este proceso no tiene un fin en el corto plazo”, alertó Wigutow, de CONSOL.
Sobre este tema, un reporte de la Fundación Colsecor advierte que durante abril último, los precios de los combustibles en localidades ascendieron a 125 pesos, promedio; un 25% más alto que en la Ciudad de Buenos Aires. A eso, habrá que sumar las nuevas subas.